Queenstown es conocida en los cuatro cantos del mundo como la capital mundial de los deportes radicales, y es uno de los «Top» destinos turísticos en Nueva Zelanda, en la Isla del Sur. Hace jus al nombre, pues sólo una ciudad de la reina, podría ser tan bella. Queenstown se queda a los márgenes de un lago cristalino, arrodeado por montañas altas que compone un paisaje de sueños. Además simpática y pequeña, la ciudad es silenciosa con discreto movimiento de vehículos en las calles, siendo que se puede fácilmente andar a pie toda su extensión. La población fija es de solamente 9 mil buenas almas, pero es agraciada con una verdadera invasión anual de turistas, que llega a doblar el movimiento en la ciudad. No faltan atractivos y cosas para hacer en Queenstown, y la única limitación, va a ser su bolsillo.
La ciudad en sí es uno atractivo, con calles reservadas sólo para peatónes y construcciones restauradas del siglo pasado (foto). Un mundo de tiendas de souvenir, venden de todo que una oveja jamás imaginaría, con varios artefactos de lana y también en madera, deliciosos tipos de miel además de Arte Maori. En la calle que margeia el lago, cafés ofrecen bebidas y comidas típicas de la NZ, como por ejemplo, Costilla de Carnero con 3 vegetales, (Rack of Lamb with Vegies) además de óptima carta de vinos y cervezas. Por ser área altamente turística, los precios son igualmente turísticos, pero fácilmente digeridos con la bella vista del lago. Para los contenidos, los restaurantes y take-aways fuera de la orilla tienen cartas más en cuenta, normalmente con comida asiática. En el pequeño y bonito Centro comercial, irá a encontrar los fast foods tradicionales. También en la orilla, uno cales con barcos, lanchas, y otras trapizongas inventadas por los Kiwis, ofrecen diversos tipos de tours acuáticos para todos los gustos. Desde contemplativos, hasta del tipo que el corazón sale por la boca. Un poco para dentro, en la base del monte, un teleférico te llevará hasta el tope, donde se puede vislumbrar la ciudad e inmediaciones con ojos de águila (foto en el tope de la página). Allá encima, otras atracciones le esperan, desde un Luge similar a lo de Rotorua, hasta efectuar un horripilante Bungy Jump. Si usted desear, podrá descender en un vuelo doble de Paraglider y dispensar el Teleférico. Ya el romántico turista, podrá ir a la noche cena en el restaurante, con las luces de la ciudad cintilando allá en bajo. Un clima perfecto para un bueno enamoro.