Viajes y tramites

Aviñón es una pequeña ciudad con una gran y pesada historia sobre sus espaldas. Sobre la colina que domina el Ródano (Rocher des Doms), el Palacio Papal recuerda un fastuoso pasado que hoy ya no existe. Pero el caudaloso río, que arrancó de cuajo muchos puentes y que dejó tullido al musical puente de St-Bezenet, sigue hoy en día disfrutando a su paso por Aviñón, la reina del Ródano.

Capital del Cristianismo durante más de un siglo, la ciudad hoy en día conjuga ese glorioso y monumental pasado con los cambios de un mundo que se globaliza. Los turistas se mezclan con los inmigrantes, la modificación de la agricultura (el viñedo es una de las actividades más importantes de la región) con el auge de los productos bio; el interés en la ecología con la contaminación de toda la cuenca del Ródano y el teatro más vanguardista con las piedras más sólidas del Palacio donde vivió el Papa Luna.

Un poco de historia

Aviñón, cuyo nombre significaría “ciudad del río” o “ciudad del viento violento” se originó en el promontorio des Doms, que domina el Ródano. Su posición estratégica garantizó un poblamiento continuo y precoz. Al construirse puentes y establecerse como lugar de paso, la ciudad ya era importante en el siglo XII. El famoso Pont d’Avignon, – el mismo de la canción, el tantas veces destruido por las crecidas y reconstruido- , fue la primera fuente de recursos uniendo Aviñón con la ribera oeste del río en Villeneuf-les-Avignon. Los señores rápidamente quisieron controlar este lugar que proporcionaba pingües tasas derivadas del comercio entre París y Lyon, al norte, e Italia. Los Papas se instalaron en Aviñón huyendo de la guerra civil romana en siglo XIV, transformando la ciudad en una segunda Roma. Aviñón florece entre el lujo papal, llegan los artistas y comerciantes, los mecenas y los diplomáticos.

Las artes conocerán un auge estimable incluso después de la marcha de los Papas. Aviñón pertenecerá a los Estados Pontificios hasta la Revolución Francesa en donde el Condado se unirá libremente a la Francia revolucionaria.

Patrimonio Cultural

Todo el casco antiguo es patrimonio mundial de la UNESCO. Está zona de la ciudad bien circunscrita por el río y las murallas ofrece la parte más conocida y turística de la ciudad, pero no la única.  Destaca el conjunto del Palacio de los Papas en la colina de los Doms, con la Catedral del mismo nombre y el puente de St-Bezenet.

El Aviñón de hoy.


El Palacio de los Papas de Aviñón, espectacular fortaleza desde donde se dirigió la Cristiandad medieval.


El Puente St Bezenet, famoso por la canción, “sobre el puente de Aviñón” (sur le pont d’Avignon)

La ciudad ha crecido y ha superado las viejas murallas medievales. Aviñón se ha transformado, evidentemente, y hoy es un centro regional de cierta importancia con sus 90.000 habitantes y su industria agroalimentaria, artesanía, etc. La lavanda de Orange y del Gard, el vino de Chateauneuf du Papes o de Vaqueyras, la cerámica de Saint Quentin la Poterie y Uzès, todo se vende y se consume en los aledaños del Palacio de los Papas.

Aviñón es una ciudad de historia, donde el pasado rezuma por cada piedra pero al mismo tiempo la ciudad es un polo de creación artística contemporánea. Así su Festival de Teatro es uno de los más importantes y reconocidos de toda Europa. Nada como disfrutar del ambiente que el festival de Teatro da en julio, tiñendo a la ciudad de cultura, de vanguardia y de actuaciones más modestas, pero por ello no menos interesantes, las marionetas, el teatro de calle, los comedores de fuego.

Visiten el resto de la páginas en donde encontrarán información pormenorizada y práctica para su visita. Además no olviden que Aviñón puede utilizarse como campamento base para conocer otras ciudades como la citada Orange, Nimes, Arles, Marsella, Aix-en-Provence o espacios naturales como, la Ruta de la Lavanda, el Luberon, los Alpilles, la Camargue. Disfrute de la historia y de la belleza de la Provenza.