Breeze está volando entre diez ciudades del Oeste americano, entre las que destacan Las Vegas, Los Ángeles, San Francisco y más recientemente San Antonio, en Texas. Opera A220, el avión que diseñara Bombardier y hoy fabrica Airbus, además de una flota de Embraer.
Todos los negocios de la aviación que ha tocado David Neeleman han ido bien o excelente. Su historial es impresionante. Breeze es su última aventura que los expertos en el sector miran con cuidado para descubrir por dónde puede ir la aviación en el futuro
Pero lo más interesante de Breeze, según confesó su director de operaciones, Lukas Johnson, es que va a operar rutas transcontinentales, con un radio de vuelo de alrededor de las seis horas. Este verano, Breeze piensa tener seis o siete A220.
Breeze no es exactamente una low cost. Es una high quality, por llamarla de alguna manera. Sus aviones tienen menos asientos que los rivales, pero vuelan en rutas inusuales. Tiene un cierto parecido al modelo de Volotea, con aviones pequeños.
Para este verano, Breeze ya operará 77 rutas en 28 ciudades americanas, al estilo de Volotea que tiene un abanico brutal de rutas, pero con bajas frecuencias.
O sea que este verano llegarán los vuelos internacionales, de continente a continente, con esta flota de A220. Los detalles, desde luego, difícilmente se conocerán con anticipación, pero ya en su momento Neeleman dijo que le interesaban mucho las rutas internacionales que pudiera cubrir con el A220, lo que nos da pistas de por dónde van las cosas.