Viajes y tramites

La ciudad sabauda…, la industria de Italia…, la ciudad de la Vecchia Signora…Turín tiene muchos apodos para definirla.

Con la corona de  montañas nevadas mirando desde lo alto, Turín parece una cuna mecida por los meandros del río Po, el más largo de Italia que lo surca y recibe agua de sus tres afluentes, Dora Riparia, Stura y Sangone.

El gusto con el que se cuida cada detalle en Turín dice mucho de sus habitantes, amantes de las cosas bien hechas, del esfuerzo empresarial, del ocio que brinda su ciudad, de la historia que desprenden los majestuosos palacios barrocos mezclados con los edificios de estilo Liberty (Modernistas), o de la sostenibilidad de una de las ciudades con más áreas verdes del país.

Algo de Historia? No, mucha

Capital del Piamonte, la región septentrional que limita con Francia, Turín tiene un pasado histórico harto complicado de resumir en pocas líneas. Ciudad celta, fueron los romanos quienes levantaron la colonia de Augusta Taurinorum que seguía una disposición ortogonal siguiendo el sistema militar del castrum.

Con la caída del imperio los longobardos y posteriormente los francos ocuparon la ciudad, hasta la llegada de la Casa de los Savoia, mecenas del barroco turinés, y promotores de un reino independiente del dominio francés que durante el ‘800 se asomó al norte de Italia.

El siglo XIX fue intenso en toda Italia, pero Turín vivió momentos de gran agitación política como el nombramiento de capital del país recién unificado en 1861, hasta 1864. Patria de uno de los padres del Risorgimiento, Cavour, en los albores del siglo XX surgieron importantes centros industriales que dieron lugar a empresas de gran renombre como Fiat u Olivetti.

La cercanía de las montañas hace imposible no pensar en el turismo invernal de esquí que ofrece Turín. Y es que han sido varias las veces que la ciudad ha acogido eventos de alto calado como campeonatos del mundo de esquí o las olimpiadas de invierno de 2006.

Que ver y que hacer en Turín. Actividades

Los mercados de Turín constituyen en sí un monumento que admirar, ya sea para adquirir un souvenir, o para conocer la historia que los rodea y el ecosistema social que como un capa impermeable cubre y preserva sus tradiciones y productos.


Mirador de la Mole

Piazza Vittorio en Turin