Viaje a Alejandría, guía de turismo
Son muchos los turistas que al volver de Alejandría vienen más que encantados. También hay otros que al regresar dicen que la verdadera magia de la ciudad se quedó anclada en el pasado, o en el peor de los casos sumergida para siempre en el Mediterráneo. Sin embargo Alejandría es una ciudad abierta al mar, uno de esos lugares a los que uno sueña con viajar. La gente pasea por la Corniche saboreando el calor de los siglos y la historia. El Mediterráneo baña sus orillas con la dulzura de la calma. Grandes avenidas y jardines enmarcan el paisaje de esta fascinante ciudad. Sentaros en algunos de sus cafés mirando al mar y degustar las mejores puestas de sol del Mediterráneo. Como veis, hay que buscar el encanto de Alejandría desde los más mínimos detalles. Eso sí, todos los que tengáis pensado visitarla debéis de saber que esta ciudad es totalmente distinta al Egipto faraónico. Es una ciudad portuaria, muy alegre y con una vida nocturna excelente, pero muy distinto a lo que podáis encontrar en El Cairo. Si queréis podemos conocerla un poco más y así sois vosotros los que os decidís. VISITAS EN ALEJANDRÍA – La Columna de Pompeyo Situamos esta columna en el Parque Arqueológico de Alejandría, en el antiguo Templo de Serapeo. Con treinta metros de altura y nueve metros de diámetro, su nombre viene de una antigua creencia de los cruzados al pensar que se situaba en el lugar en el que estaba enterrado Pompeyo. Otros creen que esta columna formaba parte de un antiguo pórtico de la mítica Biblioteca de Alejandría. Más información: La Columna de Pompeyo – Museo Grecorromano Este museo se encuentra detrás del Palacio del Gobernador, no muy lejos del centro de la ciudad. En él podéis ver tal vez la mejor colección de arte alejandrino del mundo, así como otras obras faraónicas y de la época paleocristiana. Fue inaugurado en 1895 y consta en total de 25 salas. Más información: Museo Grecorromano de Alejandría – Catacumbas de Kom el Shuqafa Al sur de la Columna de Pompeyo, en el antiguo distrito de Rakotis, se descubrieron estas catacumbas en 1901, por casualidad, como suele ocurrir en estos casos. Datan del siglo II y son los enterramientos más grandes e importantes de la ciudad. Más información: Catacumbas de Kom el Shuqafa – Anfiteatro Romano Cerca de la estación de ferrocarril tenemos este anfiteatro. Fue descubierto en 1960, aunque data del siglo II. Muchas de sus piezas y hallazgos los podéis ver en el Museo Grecorromano. También veréis elementos cristianos, ya que más tarde fue usado para celebraciones religiosas, e incluso cuenta con un cementerio musulmán del siglo IX. Dedicado al culto del dios Osiris, pertenece a la época ptolemaica. Veréis al este las ruinas de un antiguo faro, del que cuentan que apenas era una miniatura del famoso Faro de Alejandría. Para que os hagáis una idea de lo que fue aquella magna construcción, maravilla de la antigüedad. – El Ceaesareum Desgraciadamente es el lugar de un recuerdo. Cuentan las historias que aquí se encontraba el Templo de Augusto fundado por Cleopatra VII, dicen que el templo en el que precisamente se suicidó la célebre reina de Egipto. Aquel templo fue destruido en el año 912. Hoy en día lo único que podemos ver es la estatua de Saad Zaghloul, gran nacionalista alejandrino. El Ceasareum – Fortaleza de Qaitba Esta fortaleza se halla en el mismo lugar en el que se encontraba el Faro de Alejandría. Fue construida en 1480 por el Sultán Quaitbay, y en su interior tenéis una mezquita y un museo naval en la parte superior del edificio. De todas maneras la mayoría de los turistas que vienen hasta aquí es para recordar que aquí
Luxor – Egipto – Turismo
Pocas ciudades en el mundo pueden presumir de concentrar tanta historia y belleza como Lúxor. Esta ciudad, la cual fue edificada sobre las ruinas de Tebas, es sin duda alguna uno de los grandes tesoros de Egipto. Situada a 200 kilómetros al norte de Asuán, esta ciudad en la ribera oriental del río Nilo, es la que en su día Homero nombró como la “Ciudad de las cien puertas” o la “Ciudad de los Palacios” por los árabes. Llena de monumentos, Lúxor es una muestra viviente de la grandeza de los grandes faraones egipcios. Un lugar en el que conviven los templos más impresionantes, las necrópolis más conocidas, las tumbas de los faraones más importantes así como un extenso número de elementos que evidencian la llegada de miles de turistas al año. Que ver en Lúxor Templo de Lúxor Sin duda alguna es la joya de la ciudad. Este imponente templo realizado durante el Imperio Nuevo acapara todas las miradas de los turistas. A pesar de que en su mayor parte fue construido por Amenhotep III y Ramsés II, lo cierto es que han sido muchos los que han dejado su huella en el templo, desde Tutankamón hasta Alejandro Magno. Los santuarios se reparten por el recinto; distintas salas como las de Mut, Jonsu y Amón-Min; salas de ofrendas así como una cámara del nacimiento; incluso es posible visitar una pequeña mezquita u observar los restos de varias iglesias. Cabe destacar que este templo forma parte del conjunto de Antigua Tebas, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979. Más información en: El templo de Lúxor: su dimensión física Templo de Karnak Otra obra de gran relevancia es este templo, que fue uno de los centros religiosos más importantes durante el Antiguo Egipto, de hecho es el centro religioso más antiguo del mundo y el segundo lugar más visitado de Egipto después de las pirámides de Guiza. Dedicado a la veneración del dios Amón, el lugar también encontraba espacio para honrar la figura de otras divinidades, algo que era bastante común por aquella época. Es por este motivo que visitando el templo también podremos disfrutar de recintos dedicados a Montu, Mut, Jonsu, Opet y Path. Más información en: Visitar el complejo del Templo de Karnak Valle de los Reyes En el Valle de los Reyes podremos visitar una gran necrópolis en la que se enterraron la mayoría de los faraones del Imperio Nuevo. El lugar también forma parte de la Antigua Tebas y a orillas del Nilo. El primero en ocupar tan sagrado lugar fue Thutmosis I y fue el inicio de una larga tradición funeraria, ya que a día de hoy se han conseguido descubrir aproximadamente unas 62 tumbas, junto a muchas otras que no fueron terminadas. No obstante, es bastante posible que no estén descubiertas en su totalidad, por lo que el yacimiento sigue generando bastante expectación, por eso y por las preciosas pinturas que se encuentran en muchas de las tumbas descubiertas.
El Cairo – Egipto – Turismo
El Cairo es la capital de Egipto, famosa por sus pirámides y cultura Egipcia, está llena de misterios y tesoros. El patrimonio que ver en El Cairo contienen toda la magia y sabiduría de la gran cultura Egipcia, las pirámides, esfinges, templos y esculturas son los vestigios de esta civilización que atraen miles de turistas de todo el mundo para disfrutar de su historia y cultura. Hacer un tour por las pirámides de Giza, la Necropolis de Memphis, descubrir la gastronomía en un crucero por el Nilo o visitar el Museo de Antigüedades de Egipto representa algunos de los planes que hacer en El Cairo. Para vivir al máximo esta ciudad y su turismo es aconsejable viajar en primavera y otoño para evitar el sofocante calor, la temporada alta de turistas y la festividad del ramadán, ya que durante esta se paraliza la ciudad en las horas de sol. Su gastronomía es muy original, exótica y sana ya que se fundamenta en verduras y cereales, algunos de sus platos típicos son la Taamiya, el Baklava y el Baba ghannoush. Todo ello hace de El Cairo un destino turístico maravilloso e inigualable que merece conocer a fondo y sin perder detalle. Qué ver en El Cairo Pirámide de Keops: También conocida como la gran pirámide de Giza, es la más grande de Egipto y una de las Siete Maravillas del Mundo. Cave Church: Increible iglesia contruida en el interior de una cueva, con esculturas y tallas de piedra en sus paredes. Saqqara: La necrópolis de Memphis y sus pirámides están declaradas Patrimonio de la Humanidad y son uno de los monumentos imprescindibles que ver en El Cairo.Islamic Cairo: Un barrio tradicional donde conocer las gentes y la cultura de El Cairo entre bazares y callejones.Meseta de Giza: Lugar en el que se encuentra la necrópolis que forman las pirámides de Giza, Kefrén y Micerino.Al-Qalaa: La ciudadela, histórica fortaleza de Saladino que ver en El Cairo. En ella se encuentra la impresionante Mezquita de Muhammad Ali, y ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad y un interior muy interesante. Pirámide de Kefre: Esta pirámide destaca por su característico recubrimiento de granito en la cumbre, es la única que lo conserva.El Muallaqa: La “iglesia colgante”, pequeña y linda iglesia ortodoxa dentro del barrio católico.Khan Al-Khalili: Un gran mercado que ver en El Cairo donde se puede encontrar todo tipo de souvenires y productos típicos. Es recomendable regatear. El museo de El Cairo: Los jardines y su cámara de las momias son impresionantes. Paso de la pirámide de Djoser: Una de las pirámides más antiguas, alberga jeroglíficos y sarcófagos que pueden ser visitados en su interior.Museo de antigüedades Egipcias: Repleto de historia y tesoros como sarcófagos, momias y joyería. La mezquita y Madrasa del Sultán: Bello lugar de oración y aprendizaje del Islam. Su arquitectura, tallas y decoración transmiten respeto y espiritualidad.Estatua de Ramsés II: Escultura de Ramsés II que ver en El Cairo que impresiona tanto por su gran tamaño como por la calidad de sus detalles.Torre de El Cairo: La torre más alta de África ofrece unas vistas increíbles de la ciudad y del río Nilo. Mezquita de Ibn Tulun: Un destino indispensable para los amantes del arte, arquitectura y cultura islámica.
Tánger – Marruecos – Turismo
Tánger es reconocida por su fuerte identidad multicultural, forjada a mitad del siglo pasado cuando fue distinguida como una gran ciudad cosmopolita y lugar de interés de numerosos artistas y demás gente influyente, teniendo su razón de ser en dos hechos fundamentalmente: la promoción que de ella hizo Eugéne Delacroix y su nombramiento como ciudad internacional en el 1925; El primer aviso de esta particularidad será el Hotel Continental, que nos recibirá a nuestra llegada en barco y que ha alojado celebridades internacionales como Pío Baroja o Winston Churchill. La medina de la ciudad subrayará esta propiedad, entrelazando estrechas callejuelas con amplios vacíos, como la plaza del 9 de Abril o los jardines de la Mendoubia. Otro testigo será el antiguo Cinema Rif, reformado y reconvertido en foco cultural, apostando en su cartelera por el cine de autor y abarcando otras funciones como talleres o una biblioteca. Si avanzamos a la ciudad nueva, desde el momento en que pisemos su calle principal, el Boulevard Pasteur, observaremos como la influencia extranjera se multiplica, con otros ejemplos como el Gran Teatro Cervantes o el Hotel Minzah, levantado por un aristócrata británico. La zona costera, emplazamiento del Cabo Espartel o las Grutas de Hércules, acoge también esa pequeña joya llamada Café Hafa, definida con una serie de escalonadas terrazas que miran y abrazan al mar y donde Paul Bowles, Sean Connery o Jimmy Hendrix han disfrutado de un té al atardecer. Por último no podemos obviar su gran oferta de eventos de enfoque internacional, con ejemplos como el TANJAzz o el Festival de Flamenco Internacional. Tánger es, por tanto, el perfecto punto de partida al país. Una ciudad de clara identidad universal. El lugar más equidistante entre Marruecos y el resto del mundo. Que ver: El Cabo Espartel y las Cuevas de Hércules He querido empezar con estos dos lugares, a sabiendas que se sitúan en una zona periférica pero que, bajo mi criterio, resultan imprescindibles. Por lo tanto, os aconsejo visitarlos al principio, aprovechando que, como buenos viajeros, os habréis despertado bien temprano para visitar la ciudad en condiciones. Aunque estén situados a las afueras (20 kilómetros aproximadamente), tienen muy fácil acceso. Además, si no disponéis de vehículo propio siempre podéis coger un taxi, que os costará entre 10 y 20€ (el taxi completo y sumando la ida y la vuelta). Plaza 9 de Abril Conocida también Gran Zoco, se trata de un antiguo mercado hoy reconvertido en una de las plazas más grandes de Tánger y uno de los puntos de encuentro preferidos por sus ciudadanos. Situada frente a una de las puertas de la medina, debe su nombre actual a la fecha en la que Mohamed V pronunció el discurso de la independencia de Marruecos. Dentro de los lugares importantes que abrazan la plaza, además de la muralla y de diversas terrazas donde tomar algo, se encuentra un antiguo cine llamado “Cinema Rif”, hoy en día reconvertido aglutinando, no sólo su función original, sino también ofreciendo otros espacios como un café, talleres e incluso una biblioteca. Su programación está orientada sobre todo al cine de autor, por lo que las películas se proyectan en versión original. Para mi resulta una cita ineludible para todo cinéfilo que se precie. Sinagoga Nahon Volviendo a salir de nuevo a la plaza, a mano izquierda os encontraréis dos salidas paralelas; cogiendo la más alejada, y siguiendo recto, os encontrareis a mano derecha la sinagoga en una bocacalle. Fue construida en el 1878, y en 1994 se restauró y transformó en museo, por lo que hoy en día su función principal es exponer objetos de culto, procedentes la mayoría de otras sinagogas de la ciudad. Tiene una decoración exquisita, en la que destaca su salón principal con más de 40 lámparas de plata. Desde luego, resulta una experiencia fascinante visitar un edificio que anteriormente servía como culto y que hoy está destinado a una función pedagógica.
Sáhara – Marruecos – Turismo
Contemplar y recorrer dunas, disfrutar de un cielo estrellado y dormir en una jaima marca a todos los viajeros. Pero resumir el Sáhara en esa experiencia sería reducir todo un mundo a una llamativa postal. Empezando con su riqueza geográfica y contrastes, donde destacan los ergs o paisajes de arena, aunque su contrapunto pedregoso (hamadas) cubre mucha más superficie. Lagos activos que atraen todo tipo de fauna compartiendo espacio con otros desecados y en los que por más que alcance la vista sólo se aprecian espejismos. Un microcosmos donde conviven oasis con cordilleras montañosas y planicies de gravilla. Igualmente importante es su cultura, síntesis de lo africano y lo bereber, y con manifestaciones tanto en el terreno de lo musical, como del baile o la escritura. Pero si por algo destaca es por su gente, acostumbrada a vivir en una naturaleza adversa con el necesario apoyo de su comunidad, lo que implica firmes valores de colaboración, convivencia y generosidad, un profundo conocimiento y amor de su entorno, gran resistencia física y psíquica y un concepto del tiempo alejado de convenciones y vinculado a lo memorable. Porque si el paisaje de las dunas se imprime en la retina, la actitud de la gente del desierto se instala en la mente. Cómo llegar Maneras de acceder al Sáhara hay múltiples, siendo común hacerlo desde Egipto, Túnez o Níger, si bien la opción más habitual es desde Marruecos. Lo más recomendable es partir desde Marrakech o Fez, distando ocho horas de carretera en el primer caso y diez en el segundo. Si hacemos uso de la oferta de excursiones organizadas desde Marrakech la ida se realiza en dos días, pernoctando el primer día en Boulmane Dades, y la vuelta en una sola. Además de disfrutar de la belleza del Alto Atlas salpicado por pequeños pueblos bereberes, otros lugares que se visitan son Aït Ben Haddou, el Valle de las Rosas o las Gargantas del Todra. Si se comienza en Fez, tanto el trayecto de ida como de vuelta se realizan en un día, pasando por Ifrane, Azrou o el Valle del Ziz. Otras opciones son el autobús público, siendo la empresa más conocida Supratours, o contratar un servicio de transporte privado. El segundo caso tendría la ventaja de poder realizar un itinerario personalizado y más pausado, con lo que se podría y se recomendaría, por ejemplo, partir la vuelta de Merzouga a Marrakech en dos días. Sitios de interés: Ait Ben Haddou Nos encontramos en la Ruta de las mil Kasbahs, uno de los lugares más insólitos y con más encanto de Marruecos. Este interesante recorrido por el sur del país transcurre por el valle del río Dades y Todra, entre la cordillera del Gran Atlas. Aunque normalmente se la conoce como Kasbah de Aït Ben Haddou, es en realidad un Ksar. Es decir, un pueblo fortificado y formado por kasbahs hechas de adobe (arena, arcilla, agua y, a veces, material orgánico como paja o estiércol) que, una vez moldeado, se deja secar al sol. Una forma de construir muy peculiar utilizando materiales del propio suelo y que genera la sensación de que la construcción emerge del paisaje, pero que también obliga a un mantenimiento y restauración continuos. De una belleza que impresiona, situado a unos 190 kilómetros de la ciudad de Marrakech y a unos 30 de Ouarzazate, preside el valle del río Ounila y es uno de los muchos lugares mágicos de Marruecos. Considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987, este conjunto de kasbahs es uno de los mejores conservados, más antiguos y más espléndidos ksars del país. Rissani Debo comenzar con una confesión: me produce cierto respeto iniciar una conservación con otro apasionado de Marruecos, pues temo el momento en el me hable de un lugar que apenas conozca o que ni siquiera me suene. De quedar a la altura del betún. Por ejemplo, había cierta ciudad a la que no le había prestado mucha atención pero de la que no me paraba de hablar otra apasionada del país y, como ser esquiva cuando la nombraba empezaba a resultar sospechoso, me propuse conocerla en profundidad en el siguiente viaje. ¿Resultado? Después de esa experiencia dejé de considerar a Fez el entorno urbano donde la sensación de viajar en el tiempo resultaba más patente. Rissani me había hecho cambiar de opinión y, de paso, me recordaba por qué nunca se viaja lo suficiente a Marruecos
Marrakech – Turismo – Morruecos
Marrakech es una ciudad inabarcable de gran variedad y contraste; tanto es así, que si se pasea por la zona nueva y la antigua parecen ciudades distintas. Puedes perderte por su gran medina sorteando a sus ciudadanos en moto, principal medio de transporte de la ciudad, pasear por su zoco o descubrir sus numerosos lugares y monumentos, siempre con el minarete de la mezquita Koutoubia como telón de fondo y la plaza Jemaa El Fna como centro neurálgico desde donde todo conecta. Pero también puedes disfrutar de los numerosos museos, restaurantes y sitios para salir que ofrece la zona moderna, al tratarse de una de las ciudades más cosmopolitas del país. Además, supone un excelente punto de partida desde el que establecerse y conocer aquello que la rodea: Essaouira, el valle de Ourika, Ouarzazate, … En definitiva, Marrakech es una seductora urbe, llena de detalles y capaz de ofrecer cualquier cosa a todo aquel que sea capaz de adentrarse en ella. Porque en cada visita descubrirás un nueva cara de una de las ciudades más fascinantes y diferentes del mundo. Que Ver: Bordeando el sur de la medina Me vais a permitir acercarnos tangencialmente: en lugar de adentrarnos en el corazón de la medina optaremos por uno de sus perímetros, ya que los lugares de interés situados allí poseen una solemnidad a la que la afluencia de visitantes ya avanzado el día resultaría perjudicial. Empezaremos en la Plaza de los Hojalateros (en francés, place des Ferblantiers), estratégicamente muy bien situada, al ser de mucho tránsito y estar conectada mediante varias calles principales con el centro neurálgico de la ciudad. Así no tendremos problemas para llegar, tanto si lo hacemos andando como en taxi, sea cual sea nuestro punto de partida. Palacio de Bahía Una vez allí tomaremos una de las calles que desembocan en la plaza, llamada Bahia Bab Mellah. Al inicio de ésta, a la izquierda, se encuentra el Palacio de Bahía, en la intersección con la calle Riad Zitoun el Jdid. Se trata es un gran complejo formado por numerosos patios, salones y habitaciones, con una superficie total de ocho hectáreas. Lo más característico no será tanto su configuración general como todos los ejemplos de decoración que se muestran: más que un edificio dividido en estancias, tendremos la sensación de atravesar espacios sin una relación clara entre ellos, pero en el que cada uno guarda una belleza especial. De esta singularidad es responsable, en primer lugar, la intención de lograr el más completo y variado ejemplo de decoración, contratando a los más reputados y diversos artesanos de Marruecos, y por otro el hecho de que todo se desarrolla en planta baja, debido a la incapacidad del visir de subir o bajar por su obesidad. Palacio Badi Ya explorado volveremos, y observaremos que el lado opuesto de la plaza conecta con la Rue de Berrima, donde se sitúa el Palacio Badi. Es un lugar completamente diferente al anterior ya que, aunque en origen fuera más lujoso, un saqueo posterior para levantar la ciudad imperial de Meknès lo dejó en ruinas. Implica por tanto una lectura complementaria, pues resulta necesario agudizar la imaginación para entender la importancia de este espacio con más de 300 habitaciones. Sin embargo el patio central, definido por una explanada en la que conviven láminas de agua y zonas verdes, posee una singular belleza. Adicionalmente, podremos visitar alguna de las exposiciones temporales que se alojan en la galería de arte, explorar las galerías subterráneas y subir a la torre para disfrutar de una inigualable vista de la ciudad. Tumbas Saadíes Continuando en la misma calle y llegando al final nos daremos de bruces con las Tumbas Saadíes. Se compone de tres mausoleos donde están enterrados los principales representantes de la dinastía saadí, así como un jardín central donde se emplazan las tumbas de sirvientes y soldados. Es esta dinastía también la firmante del palacio anterior. Se trata de un espacio al que un primer acercamiento puede generar una falsa sensación de simpleza. En su lugar, pensad se os está invita a entrar en un cementerio y haced el ejercicio de interpretar las infinitas variaciones que se producen en cada tumba, en base a características como la edad, sexo, trabajo o situación del difunto. Como principal pega, a los mausoleos no se puede acceder, teniendo que apreciar su interior desde la barandilla que protege su entrada.